El nuevo sistema resalta la digitalización total del proceso para una gestión online, ágil y centralizada. Además, se reducirá el tiempo estipulado entre llamados a categorización.
En el auditorio de la sede Buenos Aires de la Universidad Tecnológica Nacional, se presentó el nuevo Sistema Nacional de Categorización de Docentes Investigadores Universitarios (SiDIUN), desarrollado por el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación (MECCYT).
Entre las autoridades de la cartera educativa, se encontraban el secretario de Políticas Universitarias, Pablo Domenichini, y el titular de la Secretaría de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao. También participó el presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), Jaime Perczyk; el vicepresidente del Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP), Gastón O'Donnell y el decano de la UTN FRBA, Guillermo Oliveto. Por parte de la UNSAdA participó la vicerrectora Silvina Sansarricq, quien disertó sobre el tema.
Entre las características del nuevo sistema, se destaca la digitalización total del proceso para una gestión online, ágil y centralizada. Además, se reducirá el tiempo estipulado entre llamados a categorización que, a partir de ahora, se realizarán de forma periódica con convocatorias bianuales para ingreso y promoción, y presentaciones cada cuatro años para la permanencia.
Por su parte, las evaluaciones se realizarán de manera centralizada a través de comisiones por áreas de conocimiento (Ciencias Naturales y Exactas, Ciencias Médicas y de la Salud, Ciencias Agrícolas y del Ambiente, Ciencias Sociales, Humanidades, Ingenierías y Tecnologías), conformadas por especialistas de reconocida trayectoria que trabajarán con criterios homogéneos.
El titular de la SPU, Pablo Domenichini, indicó que el contar con un sistema único de categorización docente era una deuda para con los investigadores y que eso significa “dar un paso en jerarquizar la investigación universitaria, la generación de conocimiento y la transferencia científica y tecnológica”.
Por su parte, Perczyk ponderó que este proyecto “tiene consenso en el ámbito universitario ya que comenzó a trabajarse de manera democrática por rectores de universidades públicas y privadas y que jerarquiza la función del investigador”.
En su disertación, la vicerrectora de la UNSAdA indicó que “en las universidades de reciente creación, por sus características, la proyección de las actividades de investigación científica y tecnológica generalmente está fuertemente marcada por la atención a las demandas de sus territorios, en cuanto espacios efectivos de la vida de las personas respecto de las relaciones y de sus interacciones . El desafío que tenemos que afrontar es generar las condiciones para que nuestras instituciones puedan garantizar el desarrollo de las actividades con la calidad que requiere el SNCTI, incentivando a nuestros docentes investigadores en la generación de productos que estén a la altura de los estándares que requiere el sistema, pero atendiendo las demandas de las demandas locales, y de la sociedad en la que estamos inmersas, destinatarias naturales de nuestro trabajo”.
La vicerrectora Sansarricq agregó: “Esta definición abre un espacio interesante para las universidades de reciente creación. Pero también nos genera un conjunto de compromisos, en relación a la orientación de los criterios y las modalidades de intervención que debemos asumir en nuestros territorios. En primera instancia, ya no tenemos excusas para no atender las demandas que surjan del entorno, y en este sentido, deberíamos definir líneas prioritarias o áreas de investigación atendiendo las mismas, y estableciendo mecanismos de inversión para el desarrollo de las líneas prioritarias identificadas. En segunda instancia, deberíamos formar a nuestros recursos humanos para la investigación, la transferencia de conocimientos y la vinculación tecnológica. Docentes investigadores, que además de generar productos que estén a la altura de los estándares que requiere el sistema, estén dispuestos a atender las demandas de las demandas del territorio, estableciendo una lógica sistémica de impulso a la innovación. Este sistema se crea bajo la necesidad de reconocer los esfuerzos que realizan los investigadores para desarrollar y transferir productos o servicios en relación a las demandas tecnológicas locales”
Para finalizar, Barañao destacó la iniciativa, ya que es “un sistema que permite evaluar de forma homogénea la actividad de investigación y tiene un peso fundamental para estar al servicio de demandas concretas. Si vamos a repensar el sistema de un investigador, un componente fundamental es cómo lo evaluamos y qué pretendemos. El sistema de investigación homogéneo va a permitir demostrar que la ciencia y la investigación es una inversión y no un gasto”.
Al finalizar la mesa de apertura, se realizaron dos paneles explicativos. El primero, sobre cómo será la implementación del sistema y el segundo giro alrededor de las miradas sobre la I+D en las universidades y la evaluación de los docentes investigadores.
Por la tarde, se llevaron a cabo seis talleres simultáneos organizados por áreas de conocimiento, donde más de cien secretarios y secretarias de ciencia y tecnología de las distintas instituciones universitarias trabajaron conjuntamente en torno a los criterios de evaluación para la categorización de los y las docentes investigadores/as del sistema universitario argentino, ponderando los esfuerzos en la generación y transferencia de nuevos conocimientos.
UNSAdA/Comunicación