Representantes de la comunidad universitaria de la UNSAdA (estudiantes, docentes, personal nodocente y autoridades), participaron ayer de la Marcha Federal Universitaria, en defensa de la Educación Pública Superior y en reclamo del no veto a la ley de financiamiento universitario o bien de su reafirmación por parte del Congreso.
El rector de la Universidad Nacional de San Antonio de Areco, Dr. Jerónimo Ainchil, se sumó también a la movilización, junto a sus pares de distintas universidades nacionales que se hicieron presentes para visibilizar las problemáticas de la Universidad Pública.
Esta marcha, con epicentro en la Plaza de los dos Congresos de la Ciudad de Buenos Aires, se replicó de manera simultánea en distintas capitales de provincias y en numerosas ciudades del resto del país. La convocatoria fue impulsada oficialmente por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el Frente Sindical de Universidades Nacionales y la Federación Universitaria Argentina (FUA).
La UNSAdA decidió no suspender sus actividades académicas, de extensión y de investigación, entendiendo que la mejor forma de acompañar los reclamos es con la universidad en pleno funcionamiento. El Rector y las principales autoridades de las Universidad saludaron a la representació de la UNSAdA, antes de partir a la movilización, desde la sede académica de Rivadavia y Quetgles (SADA).
Declaración: “La universidad pública, base de la democracia y el desarrollo social, lucha por su supervivencia”
Como cierre de la movilización, se leyó una declaración consensuada entre los organizadores que, en algunos de sus párrafos expresa:
“Lo que meses atrás era una profunda preocupación por el ajuste presupuestario para toda la comunidad estudiantil hoy es una emergencia que pone en riesgo la esencia misma de la educación pública argentina.”
“Soportamos una campaña injusta, planificada e intencional, que busca, sistemáticamente, desprestigiar lo que sucede en el ámbito científico y universitario para fundamentar la desjerarquización y el ahogo presupuestario.”
"La situación hoy es más crítica que a comienzos de año, con un capítulo dramático en materia salarial. La pérdida de quienes trabajamos en las universidades públicas es de una gravedad inusitada; con un porcentaje enorme de docentes y nodocentes percibiendo un salario por debajo de la línea de la pobreza, cuando no de la indigencia. Esto compromete uno de los núcleos de la universidad pública, pues pone en riesgo la continuidad de los cuadros académicos, de administración y de servicios esenciales para su funcionamiento”.
“El 60 % de quienes hacen ciencia lo hacen en universidades nacionales y la disminución de estos recursos impacta tanto a jóvenes en formación como a equipos de investigación consolidados. A esto se suma la paralización de las obras de infraestructura planificadas para impulsar la investigación en el ámbito universitario, así como el cese de políticas de financiamiento para la adquisición de equipamiento e insumos, lo que pone en peligro proyectos en curso”.
“Es un error no reconocer que en las universidades no hay un problema, sino la posibilidad de encontrar soluciones a los problemas estructurales que la Nación enfrenta. Es un error entender como un gasto y no como una inversión lo que el Estado destina a educación, universidades y desarrollo científico. Los países desarrollados invierten dos o tres veces más que la Argentina en estas áreas porque saben que, en la sociedad del conocimiento, el diferencial para crecer depende de cuánto más y cuánto mejor se hagan las cosas allí. Es con más ciencia y educación superior pública y de excelencia, no con menos. Si en un contexto de escasez, cuando deben ponderarse prioridades, no se privilegian éstas áreas, el desarrollo de la Nación y la posibilidad de desandar sus profundas desigualdades será una utopía”.
“La columna vertebral de la Nación es la educación pública que iguala y nos hace libres y la universidad pública es la herramienta por excelencia de movilidad social ascendente. Que no despojen al pueblo argentino de sus sueños de grandeza. Que no apaguen las vocaciones más nobles vinculadas con el conocimiento y con el trabajo con niñas, niños, jóvenes y personas adultas que transitan nuestras aulas y laboratorios. Los deseos, las aspiraciones y las luchas de generación tras generación consagradas en derechos imponen una responsabilidad en el presente para que el futuro sea posible”.
"Sigamos defendiendo a la universidad pública argentina. Siempre."
Documento completo “La universidad pública, base de la democracia y el desarrollo social, lucha por su supervivencia”
UNSAdA/Comunicación